ADORACIÓN DE LOS REYES MAGOS
Oro como a los reyes: el reino está entre los pobres, en el corazón de cada uno, tendiendo la mano, que no dando, a los vulnerables. No damos, facilitamos oportunidades en una beca escolar, una comida que sostenga su dignidad, una revisión sanitaria que garantice que existe un futuro.
Incienso y Mirra como Dios y como hombre. Sintiendo nuestras heridas, equiparamos derechos y privilegios. Todos somos uno en Dios enriquecidos en nuestras diferencias y diversidad. No cubrimos necesidades, construimos caminos de igualdad.
Los reyes no celebraban tanto su nacimiento sino su vida, y nosotros su palabra, vino a decir te amo.
1.600 km hasta Belén, una ruta ahora desolada por conflictos bélicos en los que estamos llamados a ser uno de 3.
Es una Epifanía, una revelación, Dios viene a mostrarnos un lenguaje nuevo. A decir te amo conjugado en terceras personas.
Y nos dice, dime te amo a mi, da amor y lo pide en los vulnerables, más bien dice: siente el frío, el calor, la música, los aromas, sabores… también se puede sentir la esperanza, el entusiasmo, la alegría, el compañerismo. Siente el amor cuando lo das, palpita con la sensación de poner al niño Dios y hombre como ejemplo y vida.