CLM – NAIROBI 2012
“4.2. La misión propia y específica de los laicos debe realizarse en el mundo, de tal modo que, con nuestro testimonio y nuestra actividad, contribuyamos a la transformación de las realidades y la creación de estructuras justas.
4.9. Ya hemos comenzado un camino que potencie nuestro espíritu misionero, individual y comunitario, orientándonos más hacia lo social, tomando una opción clara y práctica como comunidad por los pueblos y las personas menos favorecidas y dando pasos que nos lleven a compartir cada vez más nuestro tiempo, bienes y talentos con los demás.
4.10. Nos proponemos cambiar nuestros hábitos de consumo, reflexionar sobre el uso de nuestros bienes y recursos económicos, participar activamente en movimientos sociales por la justicia y apoyar proyectos de desarrollo en nuestros países así como proyectos de cooperación en los países en vías de desarrollo.”
EVANGELIO
Jesús le dijo:
Un hombre que bajaba de Jerusalén a Jericó fue asaltado por unos ladrones que le robaron cuanto llevaba, le hirieron gravemente y se fueron dejándolo medio muerto. Casualmente bajaba por aquel mismo camino un sacerdote que vio al herido, pero pasó de largo. Finalmente, un samaritano que iba de camino llego junto al herido y, lo vio y se conmovió. Se acercó a él, le vendo las heridas poniendo aceite y vino sobre ellas, lo montó en su propia cabalgadura, lo condujo a una posada próxima y cuido de él. Al día siguiente, antes de reanudar el viaje, el samaritano dio dos denarios al posadero y le dijo: “Cuida bien a este hombre. Si gastas más, te lo pagaré a mi vuelta””. Pues bien, ¿Cuál de estos tres hombres te parece que fue el prójimo del que cayo en manos de los ladrones?
El maestro de la ley contesto: “El que tuvo compasión de él”
Y Jesús le replicó: “Pues vete y haz tú lo mismo”. (Lc 10, xx-37)