Queridos Fraternos,

 

Dice nuestro Libro de Vida: “Todo carisma y toda espiritualidad hablan de la vida y son para la vida”.

 

Pues lo que vais a encontrar aquí son proyectos llenos de vida. Proyectos en los que el centro es la persona. Dónde lo importante es el desarrollo integral de la misma.

 

El derecho a una vivienda digna, el derecho a la educación, el derecho a la oportunidad de un desarrollo profesional, el derecho a una asistencia sanitaria plena.

 

Os animo e invito a que, desde la oración y la reflexión, os suméis a alguno de estos retos que nos propone Acción Marianista. En ellos encontraréis vida, ilusiones, trabajo…

 

Foto Tato

TATO SARDIÑA

RESPONSABLE PROVINCIAL

FRATERNIDADES MARIANISTAS MADRID

DE NUESTRO LIBRO DE VIDA:

1.4.3 – El misterio de la Encarnación y la presencia en el mundo

 

«Porque toda la existencia de Jesús fue presencia activa y crítica en la vida, ser seguidores de Jesús implica la observación, la acción y el compromiso en el mundo, y, por lo tanto, una opción por la paz, la justicia y los más necesitados.»

 

1.5 – La Familia Marianista

 

«Los miembros de Fraternidades vivimos nuestra espiritualidad en comunión con las demás Comunidades Laicas Marianistas, la Alianza Marial, las Hijas de María Inmaculada y la Compañía de María».

NOS INSPIRAMOS EN:

ESTATUTOS ACCIÓN MARIANISTA

 

«1.- La Fundación tiene por objeto promover el acceso de las personas más desfavorecidas a los derechos, bienes y servicios que disfrutan el resto de los ciudadanos previniendo y compensando las desigualdades derivadas de factores personales, sociales, económicos, culturales, étnicos o de cualquier otro tipo y contribuir de esta forma a la mejora de sus condiciones de vida, mediante la ejecución de proyectos, la sensibilización ante las estructuras sociales injustas y la transformación de estas, la educación de las personas y su reconocimiento y estrechando lazos entre el sur y el Norte.

2.- Su misión es trabajar por la construcción de un mundo más justo, en paz y sostenible, sensibilizándonos de la necesidad de la puesta en común de bienes y redistribuyendo los recursos y medios a través de proyectos de desarrollo y acciones educativas a favor de los más desfavorecidos.»

CARTA ENCÍCLICA LAUDATO SI´DEL SANTO PADRE FRANCISCO SOBRE EL CUIDADO DE LA CASA COMÚN

 

«90- (…) especialmente deberían exasperarnos las enormes inequidades que existen entre nosotros, porque seguimos tolerando que unos se consideren más dignos que otros. Dejamos de advertir que algunos se arrastran en una degradante miseria, sin posibilidades reales de superación, mientras otros ni siquiera saben qué hacer con lo que poseen. (…) Seguimos admitiendo en la práctica que unos se sientan más humanos que otros, como si hubieran nacido con mayores derechos.

200- (…) habrá que interpelar a los creyentes a ser coherentes con su propia fe y a no contradecirla con sus acciones, habrá que reclamarles que vuelvan a abrirse a la gracia de Dios y a beber en lo más hondo de sus propias convicciones sobre el amor, la justicia y la paz.»

CLM – NAIROBI 2012

 

«4.2. La misión propia y específica de los laicos debe realizarse en el mundo, de tal modo que, con nuestro testimonio y nuestra actividad, contribuyamos a la transformación de las realidades y la creación de estructuras justas.

4.9. Ya hemos comenzado un camino que potencie nuestro espíritu misionero, individual y comunitario, orientándonos más hacia lo social, tomando una opción clara y práctica como comunidad por los pueblos y las personas menos favorecidas y dando pasos que nos lleven a compartir cada vez más nuestro tiempo, bienes y talentos con los demás.

4.10. Nos proponemos cambiar nuestros hábitos de consumo, reflexionar sobre el uso de nuestros bienes y recursos económicos, participar activamente en movimientos sociales por la justicia y apoyar proyectos de desarrollo en nuestros países así como proyectos de cooperación en los países en vías de desarrollo.»

EVANGELIO

 

Jesús le dijo:

 

Un hombre que bajaba de Jerusalén a Jericó fue asaltado por unos ladrones que le robaron cuanto llevaba, le hirieron gravemente y se fueron dejándolo medio muerto. Casualmente bajaba por aquel mismo camino un sacerdote que vio al herido, pero pasó de largo. Finalmente, un samaritano que iba de camino llego junto al herido y, lo vio y se conmovió. Se acercó a él, le vendo las heridas poniendo aceite y vino sobre ellas, lo montó en su propia cabalgadura, lo condujo a una posada próxima y cuido de él. Al día siguiente, antes de reanudar el viaje, el samaritano dio dos denarios al posadero y le dijo: «Cuida bien a este hombre. Si gastas más, te lo pagaré a mi vuelta»». Pues bien, ¿Cuál de estos tres hombres te parece que fue el prójimo del que cayo en manos de los ladrones?

El maestro de la ley contesto: «El que tuvo compasión de él»

Y Jesús le replicó: «Pues vete y haz tú lo mismo». (Lc 10, xx-37)