06 Oct VOLUNTARIADO INTERNACIONAL DE ACCIÓN MARIANISTA
Sus nombres son María, Cristina, Elena V, Elena M, Lydia, Irene, Arancha, Julia, Hilda y Katia, y durante los meses de Julio y Agosto han dedicado una parte importante de su verano al Voluntariado Internacional de Acción Marianista en Argentina, Colombia y La India.
Su trabajo ha sido muy variado y muy rico. Desde realizar tareas humildes y sencillas, como dar clases de apoyo escolar o simplemente jugar con los niños, a trabajos mucho más específicas como formar a profesores y educadores en temas sanitarios, o en la forma de aplicar sencillas terapias a niños con diferentes discapacidades.
En Buenos Aires, en Villa Soldati y en zonas cercanas, nuestras voluntarias han colaborado en ordenar la farmacia gratuita de la Parroquia y en organizar su enorme ropero. Han ayudado en el comedor del Colegio de Fátima, un pequeño caos diario de dos turnos y han colaborado en clases de apoyo escolar, dándose cuenta de las enormes diferencias entre “acá y allá”. Una de ellas comentaba en el blog http://amvoluntariado.blogspot.com.es/ ,en el que podéis encontrar más detalles de la tarea vivida por nuestras voluntarias, que “…muchas veces nos enseñan que deberíamos sentirnos infinitamente más agradecidos por las cosas que tenemos de lo que lo estamos, en cosas tan simples como tener ocho años y tener cuentos en casa. “
También compartieron horas de charla y calor humano, mate en mano, con las familias del barrio y los voluntarios argentinos, sembrando con paciencia, contribuyendo a crear lazos humanos y sociales. Compartieron la fiesta, el Día del Niño, y trataron de poner orden en la complicada tarea de dar clases de apoyo en la misma mesa a dos docenas de pequeños, de muy distintas edades y niveles educativos. Las “seños de España” lograron hacerse tan cercanas como para que uno de los críos les dijese: “Seño, a mí no me gusta estar en casa mucho tiempo. En mi casa se oyen tiros que vienen de la calle y hay gente que no está bien.” Y ellas nos cuentan que “la historia de ÉL no es extraña, es el día a día de personas que viven aquí. Le acompañamos a su casa. Teníamos miedo. Para nosotras esto es pasajero, una aventura más en nuestras vidas, una punzada de dolor puntual, que nos llega a lo más hondo, pero nosotras volveremos a España, a nuestro hogar, a nuestro barrio, a nuestra comodidad. ÉL se queda acá, en este barrio, con estas circunstancias, con ese miedo. A PESAR DE TODO, SONRÍE, SE RÍE, JUEGA, CRECE.“
En Colombia el trabajo de nuestras voluntarias se dividió en dos centros distintos, colaborando con la Fundación Chaminade en Bogotá, con aulas de refuerzo para niños y trabajando en el Colegio Madre Adela, un centro de integración, que cuenta con niños con diferentes discapacidades en todos los ciclos, integrados con el resto de alumnos y con un aula completa de alumnos de educación especial. Los resultados de ese trabajo de integración, nos cuentan, son increíbles. “Son uno más para todo. Hay bastantes alumnos con síndrome de Down, autismo, Asperger, diferentes grados de parálisis cerebral, alguna que otra Enfermedad Rara … Comparten descansos, aulas, juegos …”
Dos de nuestras voluntarias, especialistas en psicomotrocidad una y en enfermería la otra, aportaron sus conocimientos, dando pautas a los profesores para aplicar sencillas terapias con los niños especiales, acompañadas de charlas para que tanto ellos como los padres puedan seguir trabajando con estos niños a largo plazo.
También hubo oportunidad de dar orientaciones y formación para la profesora del aula de discapacidad, para que pueda enfrentrar diferentes enfermedades y sepa cómo actuar ante las frecuentes crisis convulsivas que padecen los niños o ante las autolesiones. Y a los padres se les ofrecieron cursos de primeros auxilios, nociones sobre la importancia de la alimentación y sobre los principales problemas de salud que se pueden encontrar con sus niños.
Otras dos voluntarias, de las que esperamos poder contaros más detalles en próximos números, han apoyado la tarea sanitaria y socieducativa que están llevando a cabo las Hermanas en la India, en Ranchi y en Singpuhr.
Son apenas unas pinceladas, un esbozo de un trabajo sencillo, entregado y hermoso, hecho con mucha humildad por parte de los voluntarios de Acción Marianista en tres de los proyectos a los que nuestra ONG presta apoyo durante todo el año.